Marruecos y Andalucía

octubre 31, 2006

Llegamos a Madrid el fin de semana anterior a emprender nuestro viaje hacia Andalucía y Marruecos. La agencia de viajes en CR nos mandó a un hotel en las afueras de Madrid (el High Tech) que nos complicó mucho la existencia esos primeros días: sin metro, ni medio de transporte a la ciudad debimos manejarnos en taxi. El lunes salimos finalmente con un tour que incluía a 45 latinoamericanos: unos 15 brasileños, como 10 mexicanos, y algunos argentinos, colombianos y ticos. Esa salida del hotel Praga, en medio de cientos de tours hacia diferentes lugares de Europa, fue difícil. Por suerte apareció quien sería nuestra guía y heroína en las próximas dos semanas. En minutos impuso orden en los cientos de equipajes y turistas y nuestro bus salió primero que los otros. Esa fue la primera impresión de Aurora: una mujer altamente eficiente, una ejecutiva que sabía su oficio. Con el transcurrir de los días, iríamos conociendo mucho más de este personaje que citaré continuamente simplemente como "A", y a quien debemos parte del presente relato.
Así que esta crónica de viaje seguirá la siguiente ruta:

  • Madrid-Granada: viaje hacia el sur atravesando la Mancha.
  • Granada-Tánger-Rabat: atravesamos la costa del sol y embarcamos desde Algeciras cruzando el estrecho de Gibraltar.
  • Rabat-Casablanca-Marrakech
  • Fiesta al estilo de las Mil y una Noches en Marrakech
  • Marraquech-Ait Benhadou-Quarzazate
  • Quarzazate-Todra-Erfoud: tormenta de arena en el desierto del Sahara; gargantas del Todra
  • Erfoud-Fez
  • Fez-Tánger
  • Tánger-Sevilla
  • Sevilla-Mérida-Madrid
  • Barcelona

Madrid-Granada

Apenas si miramos brevemente esa Comunidad de Madrid, que se ha vuelto enorme e irreconocible. Atrás queda la ciudad antigua, los monumentos y palacios, para dar paso a enormes desarrollos, carreteras, y puentes, más autovías, y un adiós nostálgico a lo que antes fueron campos enormes de trigo y viñedos. En el camino miramos los molinos de viento de nuestro Quijote, convertidos hoy sólo en símbolos de una época, y también descansamos brevemente en una de las hosterías que sólo conocíamos en el libro. Pasamos por Toledo, a donde habíamos estado el día anterior, y seguimos este recorrido por la vasta Comunidad de Andalucía, con paisajes que van desde los desiertos de Almería hasta los humedales de alguno de sus parques, las cumbres de Sierra Nevada o las playas de la Costa del Sol.

Nuestro paso por Granada está dedicado casi por completo a recorrer la Alhambra y los bellos jardines del Generalife, a asombrarnos de una cultura que pudo expresar tanto empleando únicamente el yeso, la madera y los azulejos.

Nos envuelve la luz y el mágico empleo del espacio, en este paraíso terrenal lleno de sensualidad, según lo expresaron los califas nazaríes Ismael I, Yusuf I y Mohamed V. : el patio de los Arryanes, el salón de embajadores, la sala del Mexuar, la sala de los Abencerrajes, la sala de los reyes, el patio de los leones, son algunos hitos que admiramos. Luego realizamos un recorrido por la ciudad, con sus cármenes (villas con decoración y jardines moriscos) y subimos al mirador de San Nicolás para contemplar la Alhambra y el barrio el Albayzín al atardecder. Recorremos esta ciudad alegre y tranquila que, como las demás en España, está en obras, pues amplían el metro, y abren nuevas rutas. A la salida de la ciudad está el sitio donde se dieron las famosas capitulaciones, de las que hablaremos adelante. Es nuestro primer contacto con la cultura islámica, que iremos conociendo y entencdiendo conforme avanza nuestro camino. Aquí se toma el te de menta en los tradicionales .... y el árabe se enseña en las escuelas como un segundo idioma. Los menús exóticos, en los restaurantes, apenas nos asoman a algo que será parte de nuestra vida en las próximas dos semanas.

Viajamos de Granada hacia el sur, a través de campos de oliva. Vamos contemplando los llamados “pueblos blancos” con su arquitectura árabe de apretados racimos de casas de forma irregular, subidas en las colinas, con balcones y geranios, albahacas en las cancelas de las puertas para espantar los insectos, e inciensos en los rincones para dar la bienvenida, y con chimeneas que sobresalen de las azoteas planas (terraos). Adelante en el viaje, estas terrazas se muestran llenas de dátiles que se secan al sol.

Nos topamos con Málaga, hermosa ciudad en la costa del sol que ha sido conquistada por los jeques árabes: el anterior rey de Arabia Saudí se hizo un palacio que es idéntico a la Casa Blanca en Wáshington, con heliopuerto y todo. Este antiguo pueblo de pescadordes ha cedido el paso a la especulación con tierras ahora dedicadas a campos de golf y casinos. En Marbella, paraíso de los ricos y famosos, la mitad de los alcaldes está en la cárcel acusada de corrupción.

Granada-Tánger-Rabat

El camino de castaños, nogales y álamos que lleva hacia las Alpujarras queda atrás y seguimos camino hacia Algeciras (la isla de Gibraltar) y se nos impone el Mediterráneo y el Peñón. Algeciras es una ciudad portuaria exótica y extraordinaria desde donde tomamos un enorme barco, más parecido a un hotel de lujo que a un bote. Nos esforzamos por pensar que en breve miraremos la costa norte de Africa, un continente que no era real hasta dentro de poco. Y sí, Ceuta, la ciudad de las cuatro culturas nos recibe en este nuestro primer contacto con Africa. El 70% de la población aquí es musulmana, y el resto se reparte entre hindúes, judíos y cristianos. Por eso la ciudad luce tan quieta y silenciosa: es Ramadán. Con los días sabremos qué significa realmente esta costumbre. Por ahora nos dedicamos a conocer algunas tiendas con ropas cuyos nombres no comprendemos. Vamos a dar a un bar, de esos españoles, en donde nos sirven un tinto de verano, al que nos vamos a aficionar muy fácilmente, y algunos bocadillos: dátiles con tocineta, aceitunas y falafel (unas albondiguitas en salsa).

España tiene dos comunidades independientes en el norte de Africa: Ceuta y Tánger. Sólo 23 kilómetros separan a Ceuta de la península ibérica. Hay una aduana para entrar a Marruecos, en donde se nos advierte que no tomemos fotos. Nos dedicamos a mirar la gente que pasa de este pedazo de Africa que pertenece a España a este otro que ya es Marruecos. La gente pasa con mercaderías por esta frontera y utiliza ciertas estrategemas; entre las más curiosas está la costumbre de utilizar a minusválidos en sillas de ruedas para cargas enormes bultos. Esto porque los minusválidos no pagan impuestos en Marruecos, un país cuyo gobierno y religión coinciden. En la frontera cambiamos nuestros euros a dirhams y atrasamos el reloj dos horas. Esto afectará a nuestra guía, que averiguamos que es una conversa al islam y que sigue la estricta práctica del Ramadán: nada de comida, ni agua, desde 6ª.m. hasta 6p.m. Cruzamos por cadenas de montañas del Reef, que forman parte del sistema penibérico del sur de Europa. Nos cruzamos con enormes construcciones de un puerto nuevo, el Tánger Mediterráneo, que estará terminado en pocos años y es financiado por varios países europeos. La leyenda dice que Hércules mató a Anteo y se casó con Tíngera, de Tingis, y de ahí Tánger.

En esta parte del camino nos acompaña Hussein, quien vive en Tánger y hace Ramadán junto con Aurora. Al final del día ellos se lavan, discretamente dicen sus oraciones, y luego comen sus tres dátiles. Será hasta llegar al hotel que puedan tomar su “jarira” (una sopa como de lentejas muy rica). Con ellos vamos aprendiendo algunas palabras del árabe que incluimos al final en una especie de glosario.

Rabat-Casablanca-Marraquech

Debemos correr un poco para llegar a Rabat antes de las 6pm, si queremos ser atendidos. Durante la época romana su nombre fue Sala Colonia y formó parte de la Mauritania Tingiana. En el siglo X los musulmanes construyeron un “ribat” o monasterio fortificado que da origen al nombre Rabat. Fue una fortaleza importante para los Almorávides y los Almohades, y estos últimos iniciaron la construcción de la mezquita de Hassan I que visitaremos al día siguiente. Cuando España expulsa a los moriscos, muchos se refugian en Rabat. Es la residencia oficial del gobierno. El palacio tiene 5 ha y 500 sirvientes y tiene salas de recepciones, harenes, residencias de los príncipes y de los empleados, cine, psicinas, campos de golf y escuela para los hijos de los príncipes y princesas. En la puerta de oro hay conchas en las esquinas y nos explican que el islam es una religión de respeto y tolerancia y esta es la forma de mostrar su respeto por los cristianos, representados por las vieiras del Camino de Santiago. Caminamos por los jardines de narcisos y nos tomamos fotos.

En esta gran explanda del Palacio está el Mausoleo de Mohammed V, mandado a construir por Hassan II, al lado están la mezquita y la biblioteca real Alaouita. Estos edificios están construidos con mármol de Carara, ónix de Pakistán y madera de cedro del Líbano. Su alminar, la Tour Hassan, tiene 44 m. De altura y es copia de la Koutoubiya. Varias veces “A” nos dijo que era un privilegio conocer los tres mejores alminares del mundo: la Koutubiya de Marrakech, la Giralda de Sevilla y el de Casablanca que veremos mañana.

Las mesquitas están siempre coronadas por tres circunferencias y una media luna, símbolo esta última, de lo efímero de la existencia, de que, al igual que la luna, todo está sujeto a cambio. Todo cambia, menos la faz de Dios! Las bolas pueden significar diferentes cosas: harina, sal y agua, o las 3 grandes religiones, o que en el eje central está el Dios único, y las bolas representan el mundo de los hombres, de los ángeles y de Dios.

El barrio de Tuerga tiene 45 ha. Y es la zona de embajadas y ministerios. El 65% de la población activa de Rabat trabaja para el gobierno. Está rodeada de murallas de 7 km que rodean estas 45 ha. Datan del siglo 12 y fueron hechas por los Almohades. La Badruaj, puerta de los vientos, mira de frente al Océano Atlántico.

En 1956 fue la independencia de Marruecos, y Mohamed V reinó desde 1962 hasta 1999. Por eso todas las calles importantes llevan su nombre o el de su hijo. El Sultán Jacubil Mansur fue el que construyó las mezquitas, que fueron destruidas con el sismo de Lisboa de 1755. Ahora hay 4 millones de habitantes en Rabat y Salé. El clima va desde 29 C en verano a 17 C en invierno. Las iglesias cristianas están deterioradas porque son propiedad del Vaticano y no tienen suficientes empleados para mantenerlas. Durante el protectorado francés la ciudad se modernizó y se construyeron muchas obras de infraestructura. Comentamos durante el trayecto, al ver las excelentes carreteras, puentes y túneles construidos por los franceses, la diferencia entre un país interventor como Francia y otro como EUA, que construyó una represa a pedido del Gobierno de Marruecos, pero su condición fue que ellos estuvieran en un barrio aislado de todo lo demás, y que les permitieran traer de fuera del país absolutamente todos sus alimentos y hasta el agua!

De camino a la kasbah de los Oudaias, “A” nos cuenta que cuando los moriscos se rindieron en Granada, hubo unas capitulaciones o compromisos mínimos: permitir que los islámicos practicaran su religión y conservaran sus tierras y bienes. Pero ninguna se respetó. Todo lo contrario, fueron hostigados al punto de tener que huir del país y establecerse en Africa. Esta medina es de estilo andalusí, incluso hay gente con apellidos andaluces, como Vargas. Visitamos el museo con cerámicas, trajes e instrumentos musicales, y un bello jardín dentro de la kasbah, con un aljibe y una noria, y nos tomamos un te de menta y dulces. Algunos de los refrescos exóticos de Rabat son:

  • Cocktail Tafilalt, que lleva leche, ´datiles, almendras y flores de azahar
  • Panaché du moussem, que se hace con jugo de naranja y de pera, dátiles, pasas y flores de azahar
  • Jus de dattes, que se hace con dátiles, sirope y agua de azahar.

El Tahalout es una miel de dátiles, y hay muchos dulces que se hacen a partir de este fruto que estaba en plena producción en esta época. Una palmera puede dar hasta 250 libras de dátiles, y un palmeral tiene cientos de ellos. El tagine es una de las comidas típicas preparada en una cazuela de barro y cocinada lentamente sobre brasas. Hay tagine de cordero, de pollo o de pescado. Hay uno de pescado que lleva dátiles y ciruelas, cebolla, perejil, culantro, canela y aceite de oliva.

Seguimos hacia Casablanca, la tercer ciudad de Africa en cuanto a población, con más de 6 millones (como 2 sin papeles), y con el 70% de la industria del país (la primera es el Cairo, en donde la gente vive hasta en los cementerios!, y la segunda es Alejandría). Como en el sur hay graves problemas de abastecimiento de agua, entonces emigran a Casablanca, y como no tienen formación alguna, pues forman los cinturones de miseria que hay en las grandes ciudades del mundo. Aquí, también, viven los más ricos, en barrios exclusivos, como el de Anfa, cerca del mar. Es el motor económico del país, pero la que tiene menos personalidad. Aquí está la sede de los grandes bancos, la CTM (compañía de transportes de Marruecos, la primera que no permitió subir animales a los buses) y las transnacionales de todo tipo. “A” nos recuerda que los judíos fueron expulsados de España junto con los árabes y ambos grupos se vinieron a instalar al norte de África. Los judíos convivieron en paz con los árabes por varios siglos hasta la creación del estado de Israel en 1948, cuando muchos judíos dejaron Marruecos, y los que quedaron se instalaron en Casablanca porque ellos son buenos con los negocios. La expulsión de ambos pueblos se debió únicamente a motivos económicos : los reyes españoles necesitaban todo el capital y las tierras que estos grupos habían acumulado en una larga estadía de ocho siglos. Como es usual, se esgrimieron motivos religiosos para su expulsión.

Luego del terremoto de Lisboa, en 1755, los portugueses abandonan esta ciudad que es reconstruida por Sidi Mohammed ben Abdelah a finales del s. XVIII, y se llamó dar el Beida. En el siglo XX los franceses ocupan la ciudad e impulsan todo el gran desarrollo moderno que hoy tiene. En los últimos 10 años surge una vigorosa clase media (la que hace las revoluciones, porque los pobres solo tienen tiempo para buscar el sustento diario).

La bandera del país es de color rojo con una estrella verde al centro. El rojo representa toda la sangre que ha sido necesario verter para conservar su religión, y el verde es el color del Profeta, el de la tolerancia religiosa. Las cinco puntas de la estrella se refieren a las cinco obligaciones que tiene todo buen musulmán: 1) su sujeción a Alá en todo, 2) la oración (cinco veces al día se hace una pausa y se mira hacia la Meca. “A” nos dice que esta concentración elimina el estrés que hay en otras culturas, y permite estar físicamente bien, porque hay que arrodillarse e inclinarse varias veces), 3) dar limosna (“A” nos explica que el islamismo no es sólo una religión sino un estilo de vida. Hay obligación de acoger a los caminantes al menos durante tres días en nuestras casas, y dar de comer a los que no tienen. En Ramadán, hay sitios en donde, al atardecer, se ofrecen los alimentos a la gente pobre), 4) Seguir el Ramadán, 5) la peregrinación a la Meca. El cinco es un número mágico, protector, y lo iremos viendo en multitud de amuletos que usan las gentes.

La Mesquita de Hassan II es desproporcionada, según “A”. Pues hay que usar una proporción de 5 veces la base para calcular la altura, y esta se sale de todo: el alminar más alto del mundo, con 200m de alto (más que la Basílica de San Pedro o la pirámide de Keops), una sala de oración para 25.000 hombres y 5.000 mujeres, y una explanada para 250.000. En total incluye 20 mil metros de construcción, parte sobre un bosque de pilares en el mar (un sura del Corán dice que Dios reinará sobre las aguas del mar). Se inició en 1980 y se concluyó en 1993. Utiliza mármoles exquistos y para su decoración se emplearon miles de artesanos del país. Los techos son de madera de cedro, que ahora nos enteramos que Marruecos es el segundo país productor de cedros, luego del Líbano. El techo central es corredizo para mirar el cielo en las noches de estrellas. Las lámparas espectaculares están hechas en cristal de Murano realizadas por los mejores artesanos venecianos. Las puertas exteriores son espectaculares y están realizadas en titanio (que no sufre los efectos del mar) y latón, y pesan 34 toneladas. Preguntamos por el arquitecto, pero no existe un nombre, para que no haga sombra a su creador, el Rey Hassan II.

Aparte del asombro que una obra de tal magnitud nos produce, hay cientos de preguntas que nos rondan sobre lo absurdo de gastar todo el dinero del pueblo en una obra de esta naturaleza, en vez de haberlo usado para dotar a la población de vivienda digna o de un sistema de seguridad (como el de Costa Rica por ejemplo, ja!). Pero un rey es un rey y no le da cuentas a nadie. Ellos no saben cuánto habrá costado esta obra, ni lo preguntan, aparte de que las guías nos dicen que ya tienen 4 mujeres en el Parlamento...

“A” es muy crítica y afirma que lo importante es hablar con Dios, quien no está rodeado de riqueza!
La mezquita más grande del mundo islámico es la Meca, en donde se reúnen millones para la fiesta de Tel Kevir (final del Ramadán). La otra fiesta importante (olvidé el nombre en árabe) es en la que se mata un cordero. Cada familia con hijos debe matar un cordero como acto de sumisión (islam significa sumisión a Dios) y en recuerdo de aquel pasaje bíblico y coránico en que Abraham está a punto de matar a Isaac y Dios le permite cambiarlo por un cordero. Es la fiesta de la misericordia divina, desde mi punto de vista!

Hemos seguido la ruta de las caravas que llevaban de Jaén a Marrakech.

Marrakech es la ciudad imperial que dio el nombre a Marruecos. Hoy en día es su capital turística: a menos de 100 km del Alto Atlas y rodeada de un inmenso palmeral. Era el punto de encuentro de las caravanas que venían del otro lado de las montañas. Tenemos apuro en llegar antes de las 6p.m. y nuestra guía nos indica que dejemos las valijas en el autobus y demos un paseo por la plaza de Djemaa el Fna (la asamblea de los muertos, o plaza del día del juicio final), una de las más interesantes del mundo. Creo que es ella quien la hace interesante con su relato: es una enorme plazoleta en donde se reune la población cada noche a escuchar historias, a cantar, bailar sus danzas típicas, pero también a mil cosas más que reflejan la cultura, y también la condición social de la población: hay un dentista que saca dientes y vende dentaduras postizas de segunda y cuyo currícula son innumerables muelas que lleva colgadas en su manto; hay escribas de contratos para los que no saben leer y está el médico con sus medicinas naturales y hierbas y el brujo con sus hechizos de todo tipo, la que tira las cartas (todo está escrito en el libro de arena, aunque el viento del sur borra sus páginas cada día), el encantador de serpientes y los vendedores de jugos y dulces, y el que tiene monos amaestrados, los que cortan el pelo, el que arregla la TV, ciegos, mendigos, lisiados, viajeros, turistas, todo abigarrado, todo junto! Nos advierte que no hay agua en la plaza y los vasos se lavan una y otra vez con la misma agua, así que vamos ahí con algo de precaución y espanto y nos asomamos a ese concepto que teníamos antiguo de mercado persa. Vagamos por miles de puestecitos tratando de adquirir algún velo de esos que usan aquí para protegerse del clima. Hay multuitudes de gentes, jóvenes, y viejos y niños a quienes no entendemos desde ningún aspecto.

Hay otro mercado en las montañas del Alto Atlas, el de I Mill Chill, se hace al inicio del invierno y se parece un poco a este. También hay festivales de origen pagano para la recolección de los dátiles o de las rosas, o manzanas. Son momentos de alegría, por haber recogido los frutos que da la tierra.
El contraste con nuestro hotel no puede ser más extraordinario: el Ryad Mogador Menara (

www.ryadmogador.com) un espectacular hotel con piscina de aguas tibias, tisanería y un spa en donde nos dan un masaje de pies que nos deja como nuevas. En el comedor nos sirven una cena pantagruélica al mejor estilo oriental: un bar de ensaladas con una docena de mezclas de vegetales de todo tipo, cereales, pepinos yogourt con menta y couscous. Un servicio variadísimo de carnes (menos cerdo! En tiempos de Mahoma no había muchas medidas sanitarias y hubo problemas con la triquinosis que da a los cerdos y se transmite a humanos, así que la mejor forma de prevenir fue prohibir su carne en el Corán). Algunos manjares árabes:

  • La maqlouba (la revuelta) algo así como una paella con berenjena, carne de cordero o pollo, piñones, almendras, arroz, azafran y fulful bhar (un condimento) y aceite para freir las berenjenas
  • Al Mbakbaka (macarrones) que se prepara con cordero, cebollas, aceite de oliva, tomates y harisa (otra mezcla de especies)
  • La Shakrieh (la agradecida) contiene 5 yougoures naturales y un vaso de agua, tambi{en una cella picada, carne picada, aceite oliva, un huevo, sal y fulful bhar. Se sirve espolvoreada de canela.
  • Tabboule (ensalada de cous cous) que ya conocí en Armenia y que se prepara con pepinos picados, apio y perejil picados, menta, cebollas, aceite de oliva, jugo de limón agrio, sal, comino, pimienta negra y canela, ah! Y tomates picados que se agregan al final porque NUNCA debe quedar aguada. Hay una canción popular famosa (de N. Salam) que cantaba a su amado: déjate caer por aquí/ tepreparo tabboule/ y una taza de café/ así tocaremos el cielo!
    Esta cena pantagruélica, decía, termina con postres y frutas de todo lo imaginable! Realmente para aumentar unos kilos, y un contraste con esa plaza de Djemaa el Fna.

"A" es organizadísima: tiene numeradas todas las valijas y cuando llegamos a las habitaciones ya están ahí. Las sábanas de lino y el rico baño nos permiten descansar de los largos viajes y prepararnos para la jornada siguiente. En este hotel estaremos dos días, así que aprovechamos para dar a lavar toda nuestra ropa.

Marrakech nace en el siglo XI, cuando los bereberes procedentes del sur (bere bere es una palabra que viene de barbar, berberoi, salvaje, bárbaro, nombre que los romanos daban quienes hablaban una lengua que no se entendía. Los romanos se sentían muy cultos. En el siglo IV todos estos llamados bárbaros invadieron el imperio.) Estos bere beres, que se llaman a sí mismos amazij (hombres libres, porque nunca fueron sometidos por Roma, hay un símbolo que utilizan como con un paréntesis al tope y otro invertido abajo con una rayita al centro, esto los representa) cruzaron las montañas del Alto Atlas y encontraron este oasis enorme. Excavaron pozos (khetaras) unidos entre sí por galerías subterráneas y que captaban el agua de la capa freática. A mediados del siglo XII la ciudad cae en manos de la dinastía Almohade que destruyó las construcciones ostentosas. El sultán Yacoub al Mansour fue quien construyó la mezquita Koutubiya que hemos mencionado (Al Kutubin significa vendedor de libros). Esta fue la época dorada de sabios, filósofos y científicos que influyeron luego en Occidente. A la muerte del sultán los merinides se trasladan a Fez y se encuentra una ruta alterna para el comercio del oro y el marfil: el eje Fez-Sigilmasa-Gao.

En el siglo XVI llegan los Saaditas procedentes de Arabia. Entonces se construye el palacio Badi, orgullo de Ahmed el Mansur. Prosperan las industrias del azúcar, el cuero y el oro.

Más tarde, en el reinado de la dinastía Alaouita de nuevo vuelve la capital a Fez y a Meknés y Mouley Ismail intenta borrar toda huella del pasado esplendoroso de Marrakech, destruyendo el palacio Badi e incluso tapiando el sitio donde se encuentran las tumbas de los antepasados, para que nada ensombreciera la nueva capital. A Marrakech se la llama “rosa del sur” o ciudad de cuatro colores (rojo de los edificios, verde de la menta, azul de su cielo, y el jena). El hecho de estar rodeada de montañas de hasta 4160 m le permite un clima hermoso y un cielo azul siempre despejado. A sólo 75 km hay un sitio para esquiar: l’ivernage.

La visita del siguiente día nos lleva por Gueliz, la ciudad nueva, y a la parte antigua rodeada por una muralla de unos 8 ó 10 m de alto y un perímetro de 17 km. Hay varias puertas con nombres: Bab Agnau, construida en la época de los Almohades con piedras que trajeron desde Andalucía; en ella se exponían las cabezas de los enemigos para escarmiento general. “A” nos dice que aquí no se cortan manos ni nada de esa historia que es del pasado. Ahora hay un sistema legal que dejaron los franceses y la gente pobre va a la cárcel por más tiempo y los ricos por muy poco tiempo, como en todas partes! Eso sí, las cárceles son algo siniestro que no le recomienda a ninguno! Otros nombres de puertas son Bab Debbagh, la que da acceso al barrio de los curtidores, o Bab er Rob que es la de las uvas. Dentro de las murallas visitamos los jardines del Agdal construidos por los almorávides y regados por esos pozos subterráneos. Tomo algunas semillas de ahí para traer a Costa Rica. En la aduana esto será un problema al final del viaje.

La Mezquita Koutubiya es la de los libreros. Según León el Africano en sus alrededores se celebraba una importante feria de libros. Tiene 16 naves y la central es más amplia, una de las obras más importantes del arte almohade. No se nos permite entrar a ninguna mezquita por ser infieles, sólo miramos desde el borde y admiramos su alminar que puede verse desde cualquier punto de la ciudad. En este alminar de 77m de alto se inspiró la famosa Giralda de Sevilla. La última bola que corona esta torre es de oro puro y fue donada por la esposa de Yacoub el Mansour fundiendo sus joyas. La leyenda dice que ella incumplió con el Ramadán y como expiación ofreció sus joyas. Otra leyenda dice que está protegida por los “yunnún”, genios que protegen de todo mal, pero la guía piensa que más bien el cobre protege contra los rayos!

También visitamos las tumbas saaditas en donde se encuentran enterrados los miembros de la dinastía. De nuevo la decoración exquisita que tanto nos sorprendiera en Granada, con escayolas, mármol y madera de cedro.

El Palacio Bahia es uno de los mejores exponentes de la arquitectura hispano-morisca. El nombre viene de la primer mujer que le dió el primer hijo al sultán: Al Bahia. Fue construido en el s. XIX por Bou Ahmed, el visir del rey, con 4 mujeres legítimas y 24 concubinas. Bahia significa “cosa bien hecha”.

En la medina visitamos tiendas donde se tejen telas de seda con ruecas de mano, y se nos queda grabada la imagen de esos empleados casi esclavos que con una mirada penetrante y triste nos piden unos euros. También vamos a la fábrica de alfombras, y nos detenemos un rato largo en la fábrica de productos naturales en donde compramos de todo. “A” nos dice que la gente de aquí desconfía de hospitales y médicos y sólo usa medicina natural. Yo pienso que como no hay seguridad social no les queda más recurso que este, y como no son educados, no tienen todavía esa confianza en los métodos científicos. Aparte de que para pagar una consulta necesitarían probablemente su salario de un mes. Algunos productos naturales que encontramos aquí van junto con el glosario.

También compramos en la medina azafrán legítimo, y unas mezclas de 30 especies que usan para condimentar. Cada cosa vale 20 dirham y 10 gramos de azafrán cuestan 8 euros.

Fantasía Bereber

De noche vamos a las afueras de la ciudad a una gran fiesta. Entramos por caminos polvorientos que no nos dicen nada de lo que encontraremos dentro: un espacio enorme, como un estadio, con instalaciones que parecen castillos. El sitio se conoce como Chez Ali, y el dueño ha donado fuertes sumas para la construcción de las mezquitas. Es una fiesta que se origina en las rivalidades que había entre las tribus y entre los clanes por el control de la tierra. Es la fiesta más típica de MarraKech que culmina con jinetes montados en caballos árabes disparando sus espingardas levantadas al cielo.

No se entra directamente a un espacio abierto, sino que se va por corredores que se abren a salones cada vez más sorpresivos en donde hay diferentes tribus bereberes cantando o bailando con sus trajes típicos. Tocan tambores y trompetas anunciando la fiesta. Las mujeres bereberes cantan moviendo la lengua produciendo un sonido intenso y primario muy nuevo para nosotras. Nos asombramos, tomamos fotos y abrimos los ojos y el corazón para no perder ningún detalle de este extraordinario espectáculo. Luego nos conducen a nuestra jaima (enorme tienda de campaña que empleaban los jeques en el desierto) llena de adornos, lámparas y alfombras. Ahí se nos ofrecerá una cena al mejor estilo bereber. Comemos todos del mismo plato, porque los árabes no desperdician nada y así el que quiere comer poco lo hace y el que quiere mucho también, pero que nada sobre. Hay harira riquísima, y luego una danza, y couscous servido en una enorme fuente con tapa cónica, y tagine en fuente de barro. Entre plato y plato hay bailes, cantos y danzas y nos invitan a unirnos a la fiesta. Todos nos unimos al júbilo y bailamos y disfrutamos de este derroche de sensualidad. Aunque los árabes no toman vino, a los turistas se nos ofrece cabernet, que es producido en la región de Casablanca. Al final hay frutas y dulces y te de menta. Salimos a presenciar el espectáculo de los jinetes corriendo y haciendo maromas en estos caballos al galope, para terminar con los disparos. Al final se presenta una artista que ejecuta la danza del vientre y terminamos con juego de pólvora y desfile de todas las tribus en forma de caravana. Algo espectacular e innenarrable que consigue despertar nuestro afecto y comprensión por este pueblo y su historia.

Marraquech-Ait Benhadou-Quarzazate

En el camino a Quarzazate encontramos varios murabús o morabitas que son tumbas de santos. Aunque el islam no tiene iglesias ni santos, la gente sí los tiene. Cuando alguien es calificado como muy bueno se lo considera un santo. Si es un curandero y ayuda a la gente, por ejemplo a los enfermos mentales. La gente no aísla a estos enfermos aquí. Cuando hablan solos creen que hablan con Dios y que los demás no los entienden. Si algún santo hace un milagro, la familia le paga al dueño de la morabita (Marabú) por ese favor. Hay una ciudad de los siete santos a donde se hacían peregrinaciones. “A” nos muestra los campos de golf que hay para gente muy cercana al rey y a los cuales solo se entra por invitación. Nos muestra la urbanización de Amel Kis donde los europeos compran pequeñas villas.

Hay un sistema de enseñanza pública y también privada y universidades. Ahora se promueve un tipo de cultivo de olivos que es más acelerado. Los que vimos en la meseta castellana tardan 35 años para ser plenamente productivos, y éstos tardan solo 13 años, aparte de que no precisa que estén tan separados, por lo que se puede utilizar mejor el terreno, y como son más bajos, la recolección puede hacerse a máquina.

Las estribaciones del Alto Atlas son ricas en minerales: quarzo que está en las montañas más blancas, arcilla en las rojas, y carbón mineral en las negras. Las verdes poseen hierro y cobre. Hay piedra calisa (piedra jabón) que las gentes usan para hacer ídolos que representan figuras humanas (esto no está permitido en el islam, cuyos dibujos son geométricos o caligráficos). Hacemos una parada y compramos algunas geodas, que son cristalizaqciones del cuarzo. Las casa son de adobe o tapial: agua, tierra y paja, un climatizador natural que se adapta a las diferentes temperaturas, respira y absorve el calor intenso. En los techos planos se secan las támaras al sol.

La mujer bereber tiene muchos hijos y además de parirlos y atenderlos, trabaja en el campo produciendo los alimentos, cuida los animales, los alimenta, busca agua, jala leña para cocinar en enormes cargas que lleva sobre la cabeza, y lava la ropa en el río, sin usar jabón para no contaminar, sino batiéndola con un palo. Las vimos a lo largo del camino. ¿Qué hacen los hombres? PIENSAN! Esto fue motivo de chiste durante el resto del trayecto, pues en cada recodo que encontrábamos grupos de hombres haciendo nada, la guía los señalaba y nos decía: ven como están pensando? O, “reunión de pastores, ovejas muertas!” Fue impresionante recorrer kilómetros y kilómetros y no ver a ninguno ayudando en algo a sus mujeres. Claro, se casan hasta con cuatro mujeres todas trabajando para ellos! En la noche un poquito de gimnasia y ya está. Qué vida! La guía explica que en tiempos de guerra murieron muchos hombres y la desproporción entre los sexos hizo que se permitiera que un hombre tuviera hasta cuatro. Claro que las cuatro son legales y tienen absolutamente los mismos derechos: si le compra una casa a una tiene que comprarle a las 4. “A” insiste en que el matrimonio árabe no es un sacramento sino un contrato que puede deshacerse y que, como las mujeres no se casan por amor, sino por convenios económicos, pues no están celosas de que haya otras mujeres en la casa. A veces esas mujeres son sus aliadas y se ayudan entre ellas. “A” trata de hacernos conscientes de ciertos estereotipos occidentales y continuamente nos reta a ser críticas. Este es un caso, pues dice que en occidente existe la figura de la o las amantes, quienes no tienen ningún derecho y viven a la sombra, pero en el caso de los árabes, las mujeres son respetadas y presentadas en público y todas tienen derechos.

Estas mujeres bereberes no deben entender mucho por qué esta desproporción, y en su mente primitiva tratan de conjurar el “mal de ojo” y todas las dificultades, utilizando amuletos que llevan colgados en su ropa: espejos, la mano de Fátima con sus cinco dedos, collares de ámbar y demás. Llevan amuletos de plata que absorven energía, igual que las árabes los llevan de oro, que da energía, o una cajita con dos suras del Corán (el 113 y 114) para protección.

Las mujeres marroquíes urbanas llevan un velo que no cubre la cara, las campesinas que vienen a la ciudad se envuelven en un jaique que es una tela blanca larga que sujeta con dos dedos a la altura de la nariz. Antes las mujeres usaban chilaba, pero cada vez están más occidentalizadas. Cuando Muhamed V regresó del exilio mostró a sus hijas vestidas a lo occidental. El presidente tunesino llamó a la chila “tapamiseria”. En la actualidad, algunas jóvenes vuelven a vestir de largo en actitud de rechazo hacia occidente. Muchas quieren llevar velo pero no se les permite. Túnez ha declarado una guerra a los islamistas. Pero el fanatismo ya no necesita esconderse con barbas o velos, y los radicales no quieren usarlos. Las jóvenes que quieren usar velo lo hacen por convicción religiosa (que llena el vacío cultural del país), por moda (un discreto erotismo), por precaución, para demostrar seriedad, para eljar a los acosadores, para afirmar una identidad diferente a la europea.

Sólo muy dentro de Marruecos, en esos pueblos del Alto Atlas, fue que encontramos las mujeres fantomas, tapadas de arriba a abajo con una burka negra, y algunas solo con un ojo destapado. No hay espacio para la laicidad en Marruecos y son los creyentes los que forman el paisaje dominante.

Lo más difícil de ir de compras en las medinas fue el regateo, pues nunca se sabe el precio exacto de nada. Es una costumbre que viene de la época de las caravanas en donde una tribu dejaba su oro o su marfil en una raya del camino para que la otra tribu viniera a poner sus productos, su sal o harina o pieles. Luego se escondían y salían los otros que retiraban lo que les parecía que no correspondía y se escondían, luego venían los otros de nuevo. Así hasta estar de acuerdo!

Ahora hay unos niños que van temprano al mercado y miran todos los precios y cuando uno llega a comprar ellos lo acompañan y aconsejan donde están los mejores precios!

Subimos a una montaña de 2200 m y a un paso de los prados a 2.260 m para luego entrar en Warzazad. De camino vimos sitios en donde hay compañías filmadoras con sets completos para producir películas, incluso la ciudad de Jerusalem reproducida! Aquí se han filmado muchas películas bíblicas porque es el único sitio que se conserva idéntico a los tiempos de Jesús. También se filmó Lawrence de Arabia en el desierto hacia el que nos dirigimos.

Quarzazate-Todra-Erfoud

Warzazad (ciudad sin ruido) es la cara sur de las montañas, en donde sólo hay ríos sin agua. Por estas rutas atravesaban el Africa caravanas de hasta 200 dromedarios. Los dromedarios hembras ofrecen la leche y la carne caminaba sola con los nómadas. Estos alimentos se unían a los dátiles siempre abundantes. En las caravanas viajaban mujeres porque en un harén no entran hombres, sólo las mujeres podían ir a negociar. Los productos eran: sal, carne, huevos de avestruz, perfumes de aceite, o animales salvajes que fueron comerciados en tiempos de los romanos, esclavos, telas. Sudán se llamó el país del oro o de los negros. Los Klawis era una tribu que guiaba a los caravaneros que cobraban por pasar por sus tierras. Si alguien no pagaba, los atacaban. Las colinas del Alto Atlas se llaman así por el mito de Atlas que sostiene al mundo sobre sus espaldas. Cuando descendemos nos encontramos con los valles pre-saharianos.

El Sahara es un desierto de 10 millones de km2, con 5000 de E a Oeste y 2000 de N a Sur. Es el desierto más grande del mundo, el padre de todos los desiertos. Sahara significa la nada, la carencia de absolutamente todo! Este de Marruecos se continúa con el desierto de Arabia.

En Aid ben Hatú (lugar donde vive la tribu de Hatú) existió una enorme comunidad judía, antes de 1948 que se fueron a Israel y que empezó el conflicto árabe-israelí, antes de eso convivían en paz. Aquí se rod+ó la película “La última tentación de Cristo”, también Ben Hur y el Gladiador, el Principito, Jesús de Nazareth. Los estudios aquí son el KLA y el Atlas. Hay un oasis extraordinario: todo un valle verdde sembrado de palmerales y todas las plantas posibles, y alrededor, en la ladera desértica, están colocadas todas las casitas de adobe del mismo color que la montaña, por lo que sólo se distinguen de cerca. Es increíble como han usado la tierra fértil. Ahí no construyen nada, solo cultivan. Algo que podríamos aprender en CR, en donde hemos usado la mejor tierra para cubrirla de cemento. Qué locura! En este sitio paramos a comer algo: una omelette al estilo bereber, que se cocina en tagíne con hierbas. Otros piden una carne con ciruelas que se ve estupenda.

En el camino miramos las jaimas donde viven los nómadas. Cuando se les agota un pozo se van a otro sitio con sus cabras negras.

Al principio, en el paraíso, Dios hablaba con los hombres y eran buenos. Luego empezó a decirles “estáis perdiendo la bondad” y no lo escucharon. Entonces Dios empezó a mandar un grano de arena por cada pecado cometido contra el hombre, y fueron tantos que se formó este enorme desierto de dunas rojizas. El desierto es para encontrar el alma. Es el lugar donde el hombre es menos y Dios es más. Nadie queda sin ser afectado por él. Creo que hasta a nosotros, los egoístas latinoamericanos de clase media que íbamos en el tour, fuimos afectados favorablemente y, a partir de esa experiencia empezamos realmente a conocernos y a llamarnos por nuestros nombres.

El Profeta Mahoma era un pastor de dromedarios como estos que vemos de camino.

En el Sahara se dan las temperaturas máximas y mínimas: en el corazón del desierto puede haber menos 12º Cen la noche y 50º C en el día, una amplitud térmica de más de 60º C

Por esta zona los ríos son secos, como el Anatín que vamos pasando. Cuando hay deshielos o llueve, se desbordan y son peligrosos. Mirándolos ahora no pareciera posible.

El Sahara, la ausencia de todo, la nada! Ocupa 12 países. Al principio creíamos que todo el desierto era arena, pero no, hay mucha piedra, sólo el 30% son dunas. Esta es la zona más antigua del mundo. Los vientos se llevan el manto vegetal y por eso no se puede cultivar. No es por falta de agua que no se cultiva, es por los vientos! Ya nos enteraremos en nuestra visita a las dunas en donde fuimos tan afortunadas de estar dentro de una de estar tormentas de arena. Algo increíble!

Llueve unas 4 veces al agua, y el agua baja de lo alto y arrastra la buena tierra (los limos) hacia los oasis en donde sí puede cultivarse.

Por qué hay desiertos? Por qué no llueve? A unos 10 mil metros de altura chocan dos vientos fuertes de la corriente de aire frío ecuatorial, y el jet stream y el choque provoca una zona anticiclónica en donde es difícil que se formen nubes, entonces no hay filtro solar (las nubes) y no llueve.

Pasamos por un enorme valle que fue, hace 500 millones de años, el fondo del mar. Por eso el suelo es salino y con cal. Hay fósiles: amonites y chilobites. Sólo uno de cada 2 mil seres vivos se fosilisa, por eso nos venden tan caros estos fósiles a los europeos. Estamos en la zona de los paisajes bíblicos o ruta de las Kasbahs con palmerales y ríos estacionales rodeados de construcciones de barro.

Se dice que el desierto abre las ventanas del conocimiento interior, y debe ser cierto porque todos los místicos lo han buscado, incluyendo a Mahoma y a Jesús. Cuando no hay NADA que ver ni oir, ni gustar, entramos a lo más profundo del ser a encontrarnos con lo divino. Queríamos experimentar algo de esto en las dunas, pero ya veremos que fue imposible con esos Tuaregs siguiéndonos la pista. Tuareg significa “los abandonados de Dios”.

En el palmeral de Skura hay 50 clases distintas de dátiles! Creíamos que dátil era dátil y punto. El ayuno de Ramadán se interrumpe con dátiles, y en las puertas de las casas vemos cántaros con agua que se ofrece al final de Ramadán como forma de hospitalidad: que tomen de mi agua.

Pasamos por Aid ben Moro (la Casbah del hijo del moro) y miramos lo que está escrito en árabe en esas montañas de piedra: Dios, Patria, Rey: los tres pilares sobre los que se sustenta el país. Y seguimos hacia el oasis de Skura, una prueba de inteligencia del hombre que ha sido capaz de adaptarse a ese medio adverso. Seguimos hacia el valle de las rosas y pasamos por Elkelat M’Gouna (la fortaleza de la tribu M’Gouna), un oasis alrededor del río M’Gouna. Toda la producción de rosas del pueblo pertenece a Yves St Laurent que explota esta famosa rosa damasquina (procede de Siria) traída por un peregrino que regresó de la Meca. También se conoce como rosa emguna y se recoge antes de la salida del sol para que sus capullos conserve todo el aroma.

Miramos algunos cementerios muy sencillos y “A” explica que sólo colocan una piedra grande a la cabeza y una pequeña a los piés, pero que después de 40 años ese cementerio puede usarse para cualquier otra cosa. No hay grandes tumbas ni nada por el estilo. Uno tiene que pasar por la vida sencillamente, y morir es algo natural pues la vida es como entrar en una habitación, un paso leve, un punto muy pequeño en la eternidad de Dios, en donde no se está para buscar riquezas ni poder. Los reyes son los que no han comprendido esta enseñanza. Otra creencia de los islámicos es que uno va por la vida con dos ángeles, uno bueno y otro malo, quienes llevan el apunte de todo lo que hacemos o dejamos de hacer. Por eso el saludo es siempre en plural: As-salam alaíkom – La paz esté con vosotros.

Mirando los pueblos del camino vamos aprendiendo más sobre sus costumbres: cuando alguien muere, su familia lleva una ristra de higos y los va dando a los pobres. Esas ristras se ven en las pequeñas pulperías del camino, junto con los dátiles.

Bueno, contemos un poco sobre nuestra experiencia en las tundras: fuimos al desierto en un grupo de “todo terrenos” que nos esperaban para adentrarnos en el desierto. Fue como una hora de recorrido que incluyó una parada para mirar la forma en que viven los nómadas, o los dromedarios, o una caravana que pasaba no se hacia dónde. Llegamos a una posada en donde nos esperaban los dromedarios para un pequeño recorrido por las dunas. La primera impresión es de asombro, ante un portento que es este desierto de color salmón. Inmediatamente queremos correr y sentir la arena y ser parte de esta experiencia que nadie puede contarnos. Los que pueden se montan en dromedarios y nosotras emprendemos un recorrido a pie, que queríamos en soledad y no fue posible, pues los Tuareg (los hombres azules, llamados así por el color de sus túnicas) no se nos separan. Ellos quieren vendernos un fósil en 50 euros a toda costa, y sacarse su ingreso del mes! Nos fastidian un poco pero pronto estaríamos agradecidas de su insistencia, al desatarse una tormenta de arena impresionante en que todo se oscurece y sentimos que nos asfixiamos pues el polvo nos penetra por todas partes. Yo me cuelgo del Tuareg para que me saque con vida de este peligro tan inesperado, y él me lleva a la posada en donde todas puertas se han cerrado por protección. Adentro son casi las 6 y la gente se prepara para tomar su harira. Tienen una mesa larga con sus dátiles, hacen sus abluciones, y preparan sus oraciones. Pregunto cuánto durará esta tormenta y me dicen que lo que Dios quiera. Esto me angustia porque mis hermanas, y el resto de la gente, andan lejos. Por suerte, esto dura unos 40 minutos más y todos aparecen sanos y sin aliento. Todos estábamos cubiertos con nuestros mantos y parecíamos árabes!

Cuando regresamos es de noche y los guías se detienen en medio del desierto para que contemplemos las estrellas y escuchemos el silencio. Algunos miembros del tour sienten pánico ante la perspectiva de quedarse solos consigo mismos y estallan en carcajadas inoportunas por lo que los guías dan por finalizado el intento. Una lástima!

Erfoud-Fez

Nos despedimos del desierto con algo de nostalgia, pero sentimos que la experiencia nos ha tocado y cambiado. Nos conocemos mejor, somos un poco más solidarios. Ya no hay que arrebatar los mejores sitios en el bus, y empezamos a repartir alimentos entre nosotros. Sí, creo que cambiamos. Al final del viaje todo el equipo está integrado y Lupe canta con todos canciones de los diferentes países que componen el tour. Somos una misma raza, una caravana que marcha en busca de su destino.

Los abandonados de Dios: con arena no se puede construir nada, por eso este pueblo no tiene grandes esculturas, tampoco podían ser pintores en estas condiciones, ni arquitectos... entonces Dios le regaló a este pueblo el don de la palabra. Comprendemos ahora esto que “A” ha querido demostrarnos con sus historias. Siempre nos dice “oigamos un poco de música y después seguiremos contando cosas”; termino llamándola Sherezada.

De regreso pasamos por un oasis espléndido de 14 km en donde vive la tribu de Aid Toudra como con 14 familias y que no se mezclan entre sí. Se dice que las palmeras tienen los pies en el agua y la cabeza en el fuego y son el mejor cultivo porque dan sombra a otros cultivos. El oasis pertenece a estas tribus. El gobierno no interviene. Ellos resuelven las disputas que pueden ser acerca de la propiedad de una palmera que crece un 40% de un lado y el resto en otro. En ese caso el dueño del 40% tiene que ocuparse de regar el 40% para recoger el 40% de la cosecha. En este oasis hay un algibe con peces sagrados.

La propiedad no se puede vender a extranjeros! Algo que los ticos debíamos hacer. Estamos a punto de vivir otra experiencia extraordinaria: el paso por las gargantas del Toudra, un corte profundo en las montañas cdel período jurásico, que caen en perpendicular sobre un pequeño río de aguas cristalinas. Nos sobrecoge el espectáculo. “A” nos cuenta que este paisaje aparece en la película “Lawrence de Arabia”, la veré de nuevo para reconocer estos sitios que ahora son reales. Son montañas de piedra en capas y capas, como una especie de libro.

Hay varios regalos que Alá ha hecho a este pueblo: la jaima, mucho más útil que un palacio pues se puede trasladar por todo el desierto; el dromedario, que es el animal más resistente pues, por la forma de las patas, puede acarrear grandes pesos; el turbante, mejor que una corona imperial, pues ésta pesa demasiado, y el cielo estrellado. También se cuenta que dos tribus querían la misma tierra y la que perdió sintió tal vergüenza de presentarse ante sus mujeres, que decidió cubrirse el rostro con un manto, y de ahí surgió el turbante.

Los que viven por esta zona son seminómadas, pues ya van asentándose en distintas poblaciones. En cada una se casan para convivir con su mejor una semana al año. Ellos no se pierden en el desierto, que es su casa, y ahí uno no se pierde. Su trabajo es guiar las caravanas y tienen un temor supersticioso contra el agua por lo cual se bañana EN ARENA!

Estas tribus dormían con el turbante y jamás mostraban la boca. El agua de esta zona tiene fósforo por lo que sus dientes son muy amarillos. El brujo, el curandero, cuando debe tratar a alguien enfermo, le cambia el nombre, así la enfermedad se va para otro sitio.

Cuando Dios terminó de hacer el mundo salió a comprobar como había quedado todo y se dio cuenta de que se le había olvidado la rena. Entonces la metió toda en un saco para ir a repartirla por el mundo. El encargado de repartir la arena era el Angel Gabriel, quien muy campante se fue a hacer la tarea. Resulta que el diablo se escondió y pinchó el saco justo sobre el Sahara.

Pasamos por el valle de Mzab en donde viven los mozabitas, los únicos de raza árabe aquí, quienes vinieron de Argelia. No se casan entre ellos y a las mujeres van envueltas en su túnica negra (laik) solo se les ve un ojo. Solo los hombres de la familia pueden verla en toda la vida. Ellas pierden la perspectiva. Se las conoce como las lavadoras de muertos, pues a eso se dedican.

Erfoud es una ciudad moderna construida por los franceses. A partir de 1930 instalan un destacamento militar que les permitiera controlar el valle del Tafilalt. Erfoud está a 640 m sobre el nivel del mar, igual que Madrid. La palabra Madrid viene de majeurit, de los meurados que eran antiguos pozos que llevaban agua a los palmerales. Los árabes le pusieron ese nombre porque ahí encontraron abundante agua. Antes los pozos se encopntraban a 12 o 15 m de profundidad pero en la actualidad están a más de 50m. Las montañas del Anti Atlas no pasan de los 2.000 metros y forman una cadena protectora contra las temperaturas exscesivas del desierto. A veces se congelan en las noches y emiten sonidos que la gente cree son los rugidos del genio del desierto que se ha enfadado. En Argelia llaman a esta parte “el país del miedo”, pues en los cruces de caminos están estos genios que confunden a los caminantes.

Es domingo, y nos disponemos a subir las montañas hacia Midel Ifram, la suiza marroquí. En Rissani, una de las primeras ciudades musulmanas, está la tumba de Moulay Ali Cherif, el padre de Moulay er-Rachi, fundador de la dinastía alahouita. Se dice que los alahuitas vinieron de Arabia Saudí. Antes habían ido a la Meca de donde trajeron las palmeras. La leyenda dice que las gentes del Tafilalt pidieron ayuda y Alá mandó a uno de los hijos de la familia del Profeta con estos dátiles. Para escoger al que iría el Profeta le preguntó a varios de sus hijos lo siguiente: “si alguien te hace mal, qué harías tu”. Las respuestas fueron variadas: me marcharé, le diré que eso no se hace, etc. hasta que uno contestó: “le haré mucho bien hasta que mi bien gane a su mal”. El Profeta dijo entonces: “Tú serás quien acompañe a las gentes del sur”.

Pasamos por la represa de Errazidía, construida por los norteamericanos, y la pequeña ciudad que construyeron para ellos. El paso este muestra las de las montañas del jurásico en un proceso de desertificación.Algunas veces se puede ver el fondo de la represa que contiene las aguas del Sis. Esta es Zona donde habitaron dinosaurios hace millones de años, una época sin flores ni mariposas. Desde aquí salió una columna de la marcha verde que puso fin a la ocupación del Sahara.

En lo alto de las montañas pasamos por el Túnel Sabe de 4 m de alto, construido por los legionarios franceses. Comunica el norte con el sur del país; es un objetivo militar y está muy resguardado, luego entramos en la ciudad balneario de Hamal Alei Ali Cherif que tiene termas y es un sitio de vacaciones. Hay avestruces en esta zona y esto lleva a “A” a explicar que hay prohibiciones de comer ciertos alimentos en diferentes religiones, no solo en el islam. Los benedictinos, por ejemplo, tenían prohibido comer carne de animales de cuatro patas. El hecho de que los musulmanes no coman cerdo es muy beneficioso porque no hay colesterol mal ni estrés – menos estos hombres que se pasan todo el día PENSANDO. Y el hecho de que cinco veces al día todos se desconecten de sus ajetreos por 10 ó 15 minutos, es una excelente salud mental. Arrodillarse y tumbarse en señal de sumisión, a la larga los vuelve ágiles y sanos. Cuando se reza se baja la guardia, por eso se reza en filas apretadas para que los de atrás protejan a los demás. Se reza hacia el Este que es el lugar de la luz (el Oeste es el lugar de las tinieblas, Occidente). También las órdenes religiosas occidentales rezan sus maitines y vísperas, así que esta práctica de rezar a cada rato no es exclusiva de los musulmanes.

Estamos a 1907 m de altura, dejando el sur y enfilándonos al norte de un país que mide 2000 km de Este a Oeste. Estas montañas son una barrera para la desertificación pues tapan los vientos y detienen las arenas y las plagas de langostas.

En cada casa hay alfombras tendidas en los balcones y “A” nos explica que cuando alguien se casa se le regala una alfombra, con bordados que son como una lista de las necesidades de la pareja: pequeños dromedarios que significan la riqueza, los arbolitos son el árbol de la vida. Se está diciendo que deseamos prosperidad a la pareja, y que Dios la bendiga con muchos hijos; también hay cruces, que no son el símbolo cristiano sino los cuatro ríos del Paraíso.

Hay árboles de argán en esta zona , un árbol pequeño, como de guayavas, en donde se trepan las cabras a comer esos frutos. Hay tiendas de nómadas en esta zona levantadas sobre palos de eucalipto y tapadas con piel de cabra, una piel que no deja pasar la lluvia, y sus alfombras para dormir y rezar sobre ellas. Hay que rezar encima de algo que los aísle del mundo, en donde están las faltas. Recordamos ahora una cantidad de esteras que estaban extendiendo en la gran explanada de Hassan II. Las costumbre occidental de tener alfombras al pie de la cama nos viene de esta costumbre árabe de tener alfombras para, no más despertarse, rezar los maitines, la oración del alba.
Estos nómadas regresan cada año a los mismos sitios, mientras el pozo tenga agua. Tienen mufones (animales parecidos a las cabras). En todo el medio Atlas hay cedros que admiramos en el camino; algunos muerieron por una plaga y ahora la combaten y está controlada, pero los tienen contados porque son una gran riqueza. Son distintos a los del Líbano, que son más pequeños, y también difieren de los del Himalaya que son más blancos. Esta madera es un repelente natural contra insectos, aparte de ser muy resistentes y pueden pintarse en colores índigo, jena, o menta. Debajo de los 1.500 m de altura ya no se dan. Pasamos por un pueblo que se llama Zuika y en donde se come carne asada en el camino, cuando no es Ramadán. Es una zona de donde extraen la banadinita roja, utilizada en instrumentos de precisión. Vemos algunos perros en el camino y “A” nos explica que los nómadas los dejan en el camino y entonces viven de lo que los motoristas quieran tirarles, por eso están ahí como en fila, esperando. En el resto del país no hay muchos perros. Esto es algo muy distinto de Occidente, pero es porque la comida es escasa y los perros compiten por ella. Aparte de que los perros nunca deben estar dentro de las casas, pues antes de cada oración hay que hacer abluciones y estar limpio.

Ahora estamos en un sitiop que se llama Cul de sac (o Col de Sad?), sin vegetación, zona de nieve, lagos y caballos salvajes. Era una zona glaciar y admiramos la línea horizontal de las extensas cumbres. Aquí hay estaciones de esquí (Lukaimeden) pero “A” nos dice que las de Fez son mejores. Así que si pensamos ir a esquiar lo haremos ahí! Ja!

Ifram es una ciudad rodeada de bosques a donde vienen los pobladores ricos de Fez y Meknes a pasar los veranos. Hay una colonia de monos makakos que vinieron desde Gibraltar . Las construcciones son más occidentales con techos de doble vertiente por las lluvias y la nieve. A Hassan le encantó esta zona y, por supuesto, tomó las hectáreas que quiso para construirse un palacio al mejor estilo europeo, parece uno de esos palacios que hay a orillas del Rin. Esta dinastía tiene más de cien palacios, algunos en las costas de España, todas con un enorme equipo de servidores dedicados a dar mantenimiento a los mismos, porque, en cualquier momento, puede llegar el rey. Está rodeado de un inmenso lago artificial y con jardines al estilo suizo. Esto hizo que vivir aquí se convirtiera en símbolo de estatus y muchos ministros, consejereos y miembros de la extensa familia real también construyó sus villas aquí, que es una ciudad totalmente occidental. La ciudad está hermanada con Lucerna , e incluso tiene el mismo león que está a la entrada de aquella ciudad.
En las afueras está la universidad de Alkarajouin, que funciona aquí ahora porque la de Fez está en obras. Es la más antigua de Africa y fuerte en estudios teológicos del islam.

Como es Ramadán el pueblo está desierto y apenas alcanzamos a tomarnos un café en una cafetería que estaba abierta, y a dar un paseo para admirar los árboles con sus hojas doradas de otoño.

De camino encontramos un pueblo, Imuser Kandar, también usado para pasar los calurosos veranos, pero de un estanding no tan alto. Son los empleados públicos y la clase media, la que puede venir aquí. También se dice que de aquí proceden la mayoría de las prostitutas de Marruecos. Ahora nos enteramos! Finalmente llegamos a Fez. Entramos por la ciudad moderna que nos recibe con sus enormes campos de golf y lagos artificiales, sus enormes olivares y viñedos. A lo lejos se notan enormes columnas de humo que salen de las fábricas de cerámica. Se cocina con el corozo – la semilla de la aceituna -- Este es un valle muy fértil situado entre el Reef y el Medio Atlas. También se cosecha trigo pero ya se cortó la cosecha. Esta ciudad moderna está llena de comerciantes y artesanos.

Fez está constituida por dos mundos irreconciliables, que no se tocan. Cada uno prescinde del otro: esta ciudad moderna y pujante, y la medina medieval que visitaremos mañana. Llegamos al hotel al filo de las 6 y no podemos ir a las habitaciones, así que damos una vuelta por la ciudad, admirando la mezquita de Qarawiyina, construida en el s. IX oir Fátima, mujere originaria de Túnez. Admiramos sus múltiples decoraciones: casi sólo circunferencias y triángulos dentro de ellas. La circunferencia simboliza da Dios y el triángulo al hombre, cuya base y vértice tienden a lo divino formando tres puntos de encuentro entre Dios y el hombre. Al lado de este palacio está el antiguo barrio de los sefarditas, el Mellah, que fueron siempre protegidos del sultán Abu Said, porque eran los que le llevaban la contabilidad y las finanzas. Estos judíos, expulsados de España, traen un estilo arquitectónico que reconocemos, esos hermosos balcones llenos de geranios. Se dice que en esta ciudad se encontró enterrado un pico de oro, y de ahí surge su nombre: Al Faz – el pico.

En la ciudad que vamos a admirar desde la colina, se encuentra la universidad más antigua de Africa, más que la Complutense de Alcalá o que la Sorbona. Desde uno de los fuertes (los cuernos de la medina) el Borj norte y sur que protegen esta ciudad antigua y sorprendente, dominamos toda la ciudad con sus 300 minaretes. Son las 6 de la tarde y hay un llamado general a la oración que nos sobrecoge por lo inesperado o porque nos habla de ese límite que andamos buscando entre nuestro conocimiento racional, y este otro que nos trasciende. Un momento que nos sobrecoge.

La visita del día siguiente a la medina no es tan afortunada. Esa visita por calles estrechas laberínticas en donde debemos dejar paso a los burros que cargan toda clase de mercaderías, y sobre todo, la multitud de vendedores que nos impiden el paso, le quitan toda la novedad y el encanto a una visita que incluye los gremios de artesanos del cobre, curtidores de pieles (que desarrollan cáncer de piel por el uso de químicos), carpinteros, fabricantes de pan, de alfombras, de telas de seda. Hay plazas donde alquilan los enormes calderos que se usan en las fiestas, y lugares donde alquilan tronos adornados para las bodas., y mujeres que bordan las antiguas mantelerías que vimos en España. Está la tumba de Mouley Idris, edificada en el s. XI y reconstruida en el XV, (este santuario goza de derecho de asilo) .Alrededor está el barrio de los perfumes: inciensos, aceites de rosas y jazmín.También está la Universidad – en obras --. Se enseña gramática, teología y derecho coránico y su biblioteca, muy importante en la Edad Media, hoy guarda 30 mil volúmenes y 10 mil manuscritos. Los no musulmanes tienen prohibida la entrada. Tiene 14 puertas de acceso y a sus alrededores están los “funduks”, posadas para los peregrinos, los animales y su carga. La escuela coránica, la famosa medersa Bou Inania, construida por los merinides en 1350 y cuyo hermoso patio recorremos, en un estilo aquitectónico que ya nos es muy familiar. Hay unos 200 km de calles laberínticas y no podemos movernos sin la guía. Nos detenemos para mirar trabajar a uno de estos artesanos de la seda que emplea las mismas técnicas de la Edad Media, admiramos su destreza y las hermosas telas, pero su cara de miseria y sufrimiento, rogando por un euro, nos parte el corazón y comprendemos que este es uno de los millones de esclavos que aún quedan en el mundo. Muy desolador.

Fez—Tanger

Salimos al boulevar Hassan II con bares y terrazas y pasamos por la calle Mohamed V para llegar a la plaza Florencia. Fez está hermanada con Florencia y es patrimonio histórico de la humanidad (Fez el Bali). También nos muestran la veterinaria fundada por Babara Hutton, la millonaria exéntrica que vivió en Tánger con su flota de Rolls Royce y que se compadeció de los pobres burros y fundó esta veterinaria. Ah! Los ricos.

En ningún lugar como en Fez palpamos tan de cerca la pobreza y la desigualdad. Fez fue fundada en 789 por Mouley Idris I, en un valle fértil al abrigo de los vientos y las tempestades.

Dejamos Fez con nostalgia y pasamos por varias ciudades, la de Siri Casen, que posee gas natural y petróleo, miramos este norte fértil de Marruecos con naranjos, melones, sandías, azúcar, y que en época tiene trigo también. Hay japamas (el pájaron de los muertos) y garzas pequeñas. Pasamos por los sukalarva (mercado del día 4) y las salinas de Gar.

Para despedir Marruecos, "A" nos cuenta una de sus historias:

había un sultán que tenía un barbero.

Todos los días el sultán pasaba por una tienda en donde un hombre permanecía sentado sin clientela alguna. Esto le llamó la atención al sultán, quien envió a uno de sus esclavos a preguntar qué era lo que vendía en esa tienda desierta. El dueño de la tienda le contestó que él vendía palabras. El sultán mandó a preguntar cuánto costaban. El dependiente dijo que cada lote de palabras costaba 100 dinares de oro. El sultán envió por tan valioso lote de palabras, y entonces el dependiente le dijo al esclavo que este era su primer lote: “NO ACTUES PRECIPITADAMENTE, PIENSA ANTES DE ACTUAR”. El sultán quedó encantado y mandó a grabar esas palabras en varias paredes y objetos del palacio.
Sucedió que el Visir del Sultán estaba envidioso del papel tan principal que el barbero tenía en la Corte y un día fue a cortarse el pelo y le dijo: “por qué usas esa navaja tan rústica para cortar el pelo y afeitar a nuestro sultán, te voy a obsequiar una más bella y más digna de un personaje de tal alcurnia” Y llegó con una navaja con cachera de oro engarzada en piedras preciosas. El barbero estuvo muy contento y agradecido y llegó de nuevo a afeitar al sultán. Antes, le colocó un paño alrededor del cuello y en él vió escritas las palabras: “no actúes precipitadamente, piensa antes de actuar”. El barbero, que había desenfundado su navaja preciosa, pensó de nuevo y se dijo que realmente su destreza estaba con su antigua navaja y que no tenía por qué no emplearla. Así que procedió a realizar su trabajo como era usual. Al terminar, el sultán le preguntó que de dónde había obtenido la otra navaja, y el barbero le hizo el relato de su encuentro con el Visir. El sultán, entonces, hizo venir al Visir y le dijo que realmente necesitaba un buen corte de cabello. Este se negó, pero el sultán insistió y el rey le dijo al barbero que empleara esa hermosa navaja que el mismo visir le había obsequiado. Como el barbero no conocía bien la navaja, le hizo un rasguño al visir, quien experimentó violentos espasmos y murió. La navaja había sido envenenada. Las palabras, que vendió aquel dependiente, sí valían los 100 dinares de oro: salvaron la vida del sultán.

Gracias, "A", entendimos que el mejor regalo de este pueblo ha sido la palabra!

De nuevo Tánger (el granero del imperio romano), Ceuta y el paso en barco por el Mediterráneo. A los pobladores de Ceuta los llaman los caballas por la pesca de este pez en abundancia. Ceuta nos encanta. De nuevo es Occidente y ya conocemos el rincón de las tapas y los tintos de verano. De nuevo usamos el euro y adelantamos la hora, dejamos el francés definitivamente y todos nos entienden en español. Aquí compramos más valijas porque no nos caben las cosas que traemos del viaje, incluidas tres botellas de arena color salmón! El hotel donde pasamos la noche es hermoso y da al mar, con su olor salobre y lejano.

Tánger-Sevilla
De nuevo pasamos por Algeciras y nos dedicamos a dormir y descansar el resto del trayecto en esta ruta del toro bravo con enormes extensiones de terreno que pertenecen a los españoles descendientes de condes y duques. Las fincas deben ser enormes porque, para mantener los toros en forma, estos deben ejercitarse y la forma de hacerlo es poniendo el alimento a un extremos de la finca y el agua al otro. Las explicaciones sobre la fiesta taurina y sus implicaciones nos las perdemos, aunque escuchamos algo sobre el Ducado de Medina Sidonia y la alimentación a base de garbanzos que le produce debilidad muscular a los animales. Hay eniormes extensiones de alcornoques, de donde saqcan los corchos que usan para envasar el vino.
Nos despertamos ya en Sevilla que nos recibe con ese color albero de sus edificios, tomado del color de esa tierra suave que forma el piso en sus plazas de toros.
Nuestras visitas a Sevilla, y Mérida y el paso por la llanura castellana y sus castillos, así como la de Barcelona, quedarán para otro día. Amigos nuestros.

GLOSARIO
Ahmar, l’alambra
– la puerta roja
Al Mishoar – palacio real
Ahlan wa Sahlan – bienvenidos
Al-hamdu li-llah – gracias a Dios
Amazij – hombres libres -- bereberes
Arfoud --- hombres azules o Tuareg
As-salam alaíkom – La paz esté con vosotros
Aufuz – pueblo pequeño con mercadito
Bab ihli – puerta
Babuchas – pantalones anchos climatizados que usan en Rabat
babuchas -- zapatos como pantuflas con puntas?
Barabá – bendidión, coger el aura
Baraka Allah fik – Alá te bendiga
Burka – velo que cubre todo el cuerpo, con una celosía para poder ver. Muy utilizada en Afganistán.
Caftán – dos trajes en uno
Daar – casa sin jardín
Djlaba – traje típico con mangas y pantalón
Erj – arena
Gandora – traje típico muy parecido al nicaragüense, sin mangas
Gembris -- guitarra
Guahá – de acuerdo
Ham dir el Al (ham du lak, escucho) – gracias a Dios
Hamada – tierra pedregosa
Hamann – baño turco
Hiyab – velo que cubre solo la cabeza y el cuello y que es obligatorio en Irán y Arabia Saudí
Ialá –vamos
Ishalá -- ojalá, si Dios quiere
Jarira – sopa que se come en Ramadán
Jebel Abu -- montaña
Kasbah – fortaleza, en el desierto es como una pequeña ciudad
Kasbah asma -- escucha
Kefta – albóndigas con carne muy molida y condimentada
Ksaad – pueblo fortificado
La – no
Laik – túnica negra de las mozabitas
Llevel Erfoud – montaña de Erfoud
Lukeindem – estación de esquí
Mahlh -- sal
Mazala – mezquita
Medina – ciudad
Menara – aeropuerto
Minlaj – belej – sal (los hebreos expulsados de España con los árabes se dedicaron al negocio de la sal, el oro y la harina).
Mis Ligen – Lukaimeden -- estaciones de esquí en el Alto Atlas
Mulei al Sherif – el primer alahuita
Nikab – velo usado por algunas mujeres que cubre todo el rostro. Es muy utilizado en Arabia Saudí y Yemen.
Pasha – discoteca
Riad – casa con 4 jardines y una fuente en el centro.
Shai – te
Sharia – ley islámica
Shukran – gracias
Sufi – lana
Tahinah – salsa de sésamo
Támaras – dátiles
Zacat -- limosna
Zoco – Suq -- lugar del mercado

MEDICINAS NATURALES Y CONDIMENTOS AVENZOAR (

lahnaiam@hotmail.com)

Jena – cicatrizante y desinfestante, también lo usan para teñir cueros y maderas
Niciliam – es como un vick vapourú
Jul – una pasta negra que se ponen alrededor de los ojos y que protege del polvo fino que viene del desierto
Aceite de argán – que nos dicen es bueno para la piel y del cual compramos varios frascos. El argán es un árbol en donde se trepan las cabras a comer sus frutos.
Almiscle – una colonia afrodisíaca. También trajimos!
Mesk – perfume del paraíso. Es como un aceite con olor a flores de azahar.
Colonia de mil flores
Gin seng -- para conservar la energía, las várices, la anemia, la citrculación (5 gotas dos veces a la semana). Quien tiene problemas del corazón no puede tomar el gin sen chino, solo éste que es de Mauritania.
Crema de rosas
Crema que llaman “la plancha” porque quita las arrugas, ojeras y manchas. Por supuesto que compramos!!!
Comino, bueno para los gases
Azafrán, buen antiséptico y para el mal de Parkinson, 5 pistilos en agua para el estreñimiento.
Crema de azafrán para el herpes y las aftas (como survirax)
Crema de rosas. Hermes y Chanel tienen sus fábricas de perfumes en la zona de cultivo de rosas.
Granos de narjela – inhalar para los ronquidos, y un aceite para las cuerda bucales
Tisanas de té verde para la digestión, el te de Ramadán para cortar el apetito. Aunque las mujeres de aquí quieren engordar, pues los maridos las prefieren. La mimosa se hierve en 10 litros de agua durante 20 minutos y luego se guarda en la refri y se toma una tasita en la mañana y otra en la noche
Aceite de nigela para la tos, la garganta y los bronquios
Aceite de argana -- contra las manchas de la piel, arrugas y para el cabello.
Aceite de azahares – para dormir bien (una gota en un vaso de agua)
Aceite de jazmines para alejar los mosquitos
Perfume real – afrodisíaco hecho con almizcle y ámbar (obtenido de la ballena o del macho de la gacela). El almizcle es para fijar los perfumes pero también es contra la polilla.. En un papel de aluminio dura hasta 5 años!

1 Comments:

At 7:21 a. m., Blogger Miri said...

Muy buenas las observaciones del papel de la mujer en las diferentes cultura.
Relatas muy lindo, dan ganas de armar las valijas y salir!
me falta leer un poco todavia. saludos

 

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